Una pareja de novios tras mucho tiempo de relación. Un día en la
cama, después de hacer el amor, un amor normal, ella le dice “no sé por
qué te empeñas en llamarme Manuela, si
mi nombre es Nadia; llevas siete años
diciéndome Manuela pero me llamo Nadia”
Él no entiende lo que le quiere decir; considera que está bromeando y no la cree,
pero ella insiste en decir que su nombre es Nadia, tanto insiste que cuando la insistencia
de ella traspasa lo que cree razonable y en su cabeza se cruza la sospecha, al
principio mínima, de que tal vez esté diciendo la verdad, le pregunta:
-Y por qué no me lo has dicho antes.
-Porque en verdad a mí me da igual como tú me llames, por eso no te he
dicho nada.
- ¡Ah!
- Y te voy a decir
otra cosa- prosigue Manuela, digo Nadia-: no vuelvas a decir que soy de
Zaragoza porque no soy de Zaragoza, soy de San Petersburgo.
Él considera, otra
vez, que está de guasa y no la quiere creer, pero ella se lo repite
machaconamente hasta que él comienza a admitir que tal vez tenga razón,
entonces le pregunta:
-Y por qué no me has dicho antes
que eres rusa.
-Porque a mí me da igual que creas que soy de un lugar o de otro.
-¿Y el acento?, no tienes acento.
-Claro que tengo acento, todo el mundo me dice que tengo acento, el único que no
se ha
dado cuenta eres tú.
-¿Y por que no me lo has dicho?
- Porque a mí me da igual lo que pienses de mi acento.
-¿Y el aspecto? ¿cómo vas a ser rusa si eres morena y con los ojos
negros?, tu imagen es completamente mediterránea.
-¿Que parezco mediterránea?, tú estas loco; soy alta, de piel
blanquísima, con una melena lacia y rubia casi platino, tengo los pómulos
prominentes y mis ojos son como el cielo, ¿de dónde has sacado que parezco
mediterránea? Además, todo el que me
conoce en cuanto me echa el ojo me lo dice ¿tú eres rusa, no?
-Perdona pero yo te veo morena, con los ojos negros y de aspecto latino
como Penélope Cruz.
-Pues ya ves que no.
-Y si veías que yo te llamaba morenaza por qué no me desengañabas.
- Porque a mí me da igual que creas que soy una morenaza de ojos negros.
Entonces él le dijo:
-Bueno, al menos será verdad que eres auxiliar administrativo y trabajas
en una oficina de Bankia, ¿no?
-Tú alucinas, yo de oficinista no tengo nada, mi oficio es el más viejo
del mundo después del de guardián de paraíso.
-Y esta casa ¿no es nuestro
nidito de amor?
-Qué nidito, ni nidito, esto es el club “Las chicas de Ipanema”
FIN
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