Reencarnación
De educación cristiana, nunca creyó en la reencarnación, pero despertó siendo un ratón. Supuso que murió durante la noche; aún le dolía el estómago y un sabor amargo inundaba su boca. Su esposa lo descubrió en un rincón y, gritando, agarró una escoba y lo mató por segunda vez.
Él y él
El maniquí del escaparate era exactamente igual a él: la misma cara, el mismo bigote, su pelo ensortijado e incluso un párpado algo caído como el suyo. Entró en el local con curiosidad y se probó las prendas que vestía su doble inanimado; cuando quiso dar un paso, su cuerpo, inmóvil, no le respondió, quedando clavado en el suelo. Los clientes se asombraron al ver un maniquí desnudo saliendo por la puerta de la tienda.
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